Según la Ley de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo, Hacienda contempla una serie de deducciones fiscales en concepto de IRPF para los trabajadores por cuenta propia. Como veremos a continuación, ajustarse a los criterios establecidos es clave para que la deducción no sea objeto de infracción tributaria.

¿Cómo es un gasto deducible en el IRPF?

Para que la Agencia Tributaria estime un gasto como fiscalmente deducible en el IRPF, este ha de cumplir con tres condiciones esenciales:

  • Afecto a la actividad. Tiene que estar relacionado directamente con la actividad económica del autónomo.
  • Justificable. Debe ir acompañado de una factura.
  • Registrado. Ha de estar incluido en sus libros obligatorios de registro.

Los problemas suelen venir en la coexistencia de los ámbitos profesional y privado, inherente a la condición de los autónomos. Si algún gasto fuese de índole común, el autónomo solo podrá deducirse el porcentaje correspondiente a la actividad económica.

¿Qué gastos se pueden deducir los autónomos en el IRPF?

  • Servicios de gestoría y asesoría empresarial.
  • Costes de cursos y material de formación.
  • Consumos de explotación: compras de mercaderías, materias primas o material de oficina.
  • Gastos de personal: sueldos, cotizaciones de la Seguridad Social, planes de pensiones y seguros de accidentes.
  • Amortizaciones del inmovilizado.
  • Servicios subcontratados a profesionales independientes.
  • Arrendamientos cuyo objeto sean activos amortizables.
  • Insumos: agua, telefonía e internet.
  • Tributos: IBI e IAE.
  • Gastos financieros: intereses de crédito o de demora.
  • IVA soportado no deducible a través de la declaración de IVA.

¿Qué deducciones son de difícil justificación en el IRPF?

La parte de los insumos del hogar suele traer problemas en lo tocante a su difícil delimitación entre los usos privado y profesional. El autónomo tendría que declarar su domicilio como centro de trabajo e indicar el porcentaje de metros cuadrados de su vivienda que destina a su actividad económica.

Tampoco resulta nada fácil justificar qué proporción de los gastos de telefonía corresponden a la actividad económica y cuál queda en el ámbito personal. Hay actividades cuya naturaleza confiere mayor credibilidad a este gasto, por lo que es necesario asesorarse previamente.

Por último, los gastos en conceptos de dietas y restauración son quizá los más difíciles de justificar y con los que Hacienda suele ser más intransigente. La experiencia nos dice que la AEAT suele rechazar la deducción de estos gastos si se han producido en establecimientos ubicados en el mismo municipio donde el autónomo tiene declarada su actividad.