En el ejercicio de nuestro ejercicio diario como asesoría jurídica nos encontramos con múltiples incidencias que afectan a nuestros clientes, y en especial a la empresas.

Es trístemente habitual que empresas y particulares acudan a un despacho jurídico una vez les ha surgido el problema o el posible problema, buscando la forma bien de solucionarlo, bien de minimizar los daños. Evidentemente, esa labor es parte de nuestro día a día, pero a nuestros clientes siempre les recomendamos y asesoramos a fin de ir un paso por delante, pues solo con la debida previsión se pueden evitar los problemas.

Una frase que digo muy habitualmente es que no podemos evitar que otro nos denuncie o demande, pero sí podemos evitar que un juez le de la razón. ¿El secreto? Conociendo las necesidades, particularidades y obligaciones del cliente y adelantándose a ellas.

Ahora reflexiona y hazte estas preguntas:

   ¿He hecho previsiones contables y financieras?

   ¿Se cómo van a ser mis impuestos el próximo trimestre?

   ¿Conozco los costes laborales de mis empleados?

   ¿Conozco los tipos de contratos laborales y las subvenciones/ ayudas?

   ¿Firmo los contratos adecuados con mis clientes?

   ¿Conozco los riesgos penales en que puede incurrir mi empresa?

Si la respuesta es un «sí» a todo, enhorabuena, si existe algún «no» consúltanos, estaremos encantados de ayudarte y asesorarte.